BUENOS AIRES -. El Presidente, Mauricio Macri, prometió ayer seguir “hasta el final” la búsqueda del submarino ARA San Juan, tras la explosión en la zona donde desapareció el sumergible la semana pasada con 44 tripulantes a bordo.
Macri, además, aseguró que el caso requiere de una investigación seria y profunda que arroje certezas sobre lo ocurrido y afirmó que el sumergible estaba en “perfectas condiciones” para navegar. “Estoy aquí para garantizarles que vamos a continuar con la búsqueda”, sostuvo en una exposición a la prensa realizada en el Edificio Libertad, sede de la Armada Argentina en Buenos Aires.
Hasta allí concurrió junto al ministro de Defensa, Oscar Aguad, para dialogar con los militares que lideran el operativo de búsqueda, que involucra a una docena de países. Lo hizo ante versiones acerca de que el Gobierno analiza la posibilidad de cambiar a la cúpula de la Armada tras la crisis que provocó la desaparición del submarino.
Minutos antes de la visita, se supo que el Ministerio de Defensa abrió 40 sumarios para establecer las responsabilidades de la fuerza militar en la tragedia.
“Hasta que no tengamos la información completa, no tenemos que aventurarnos a buscar a culpables. Primero, tenemos que tener certidumbre sobre lo que pasó y por qué pasó. Mi compromiso es con la verdad. Que quede claro: mi compromiso, el de todo el Gobierno y el de la Armada es con la verdad. A partir de la investigación sabremos la verdad”, insistió Macri.
El mandatario consideró una prioridad entender cómo un submarino que se había llevado a reparación de “media vida”, que extendió su funcionamiento por unos 30 años, “y estaba en perfectas condiciones para navegar, sufrió aparentemente esta explosión”.
El lugar de la explosión mencionada fue ubicado en un radio de 125 kilómetros frente al golfo San Jorge, a 430 kilómetros de la costa entre Chubut y Santa Cruz. El punto está a pocas millas de la última posición que reportó la nave militar, el 15 de noviembre.
Macri aprovechó el contacto con los periodistas para reconocer “el patriotismo, heroísmo y valentía” de los marinos y envió un mensaje a sus familiares, que viven con angustia e incertidumbre desde hace una decena de días. “El dolor es mucho, pero estamos juntos”, insistió.
Sin rastros
Hoy se cumplen 10 días desde la desaparición y el operativo multinacional de búsqueda no logró aún detectar al submarino. “No sabemos dónde está”, admitió el portavoz de la Armada, Enrique Balbi. “Hasta que no podamos localizarlo, no podemos aventurar ninguna afirmación de un lado y del otro” sobre la suerte de los 43 hombres y la mujer que tripulaban la nave, comentó el vocero militar.
El operativo se desarrolla contrarreloj, sin fecha límite por el momento y “con los mejores medios navales y aéreos” gracias a la colaboración de 12 países, entre ellos naciones de la región y otras como Estados Unidos y el Reino Unido, precisó Balbi.
El agotamiento del oxígeno dentro del submarino también es un factor crítico en el caso, ya que las reservas disponibles en la nave -de no haber subido a la superficie desde su desaparición el 15 de noviembre- alcanzaba para un promedio de siete días.
El submarino ARA San Juan zarpó el lunes 13 de noviembre, desde la Base Naval Ushuaia, con destino a Mar del Plata, donde se encuentra su apeadero habitual. El día de la desaparición, el capitán del submarino reportó “un principio de avería” en el sistema de baterías. El problema se produjo, se sospecha, por la entrada de agua a través de la tubería del snorkel y eso podría haber generado un cortocircuito en la alimentación de baterías. El capitán informó que el problema fue subsanado y le habrían ordenado que llegue hasta Mar del Plata.
La nave es un buque de ataque construido en Alemania en 1985. En 2004, se le realizó una reparación denominada “de media vida”. Un comunicado oficial de aquel momento afirmaba que los arreglos extenderían la vida útil del navío por 30 años y a eso se refirió Macri en el mensaje que brindó.
La tripulación está integrada por 43 hombres y una mujer, que es la primera submarinista del país. Dos de los marinos son oriundos de Tucumán: el Capitán Pedro Martín Fernández, de 45 años, y el Cabo Primero Luis Esteban García, de 31 años. (DPA-Especial)
“ME DIERON EL PÉSAME”
LUIS, EL PADRE DE UN SUBMARINISTA, DIJO QUE LE COMUNICARON LA MUERTE DE SU HIJO
Luis Tagliapietra, padre de uno de los 44 tripulantes del submarino argentino ARA “San Juan” desaparecido, aseguró que a pesar de que la Armada aún no habla oficialmente de muertos, a él le dieron el pésame. Tagliapietra, que es abogado penalista y cuyo hijo Alejandro Damián, de 27 años, viajaba a bordo del submarino en un viaje de instrucción, dijo a DPA y otros medios que el jueves estaba manejando hacia un canal de televisión en Buenos Aires cuando recibió un llamado. “Me llama el capitán Fabián Rossi, el jefe directo de mi hijo, el único que me atendió siempre el teléfono, y me dice que se había confirmado la noticia de la noche anterior, el tema del famoso ruido, de la explosión, y que había sido confirmado que era el submarino”, comentó. “(Me dijeron) que eso implicaba la imposibilidad de que hubiera sobrevivientes, con lo cual yo le pregunté si estaban todos muertos y...sí”, se quebró. (DPA)
DOS QUE NO ABORDARON
ROTHLISBERGER Y VILTE NO SUBIERON AL SUBMARINO POR HECHOS FAMILIARES
Humberto Vilte y Adrián Rothlisberger integraban las listas de tripulantes del ARA San Juan que se difundieron después de la desaparición del submarino. Sus nombres aparecieron en las redes sociales junto a los de sus compañeros. Pero ambos están sanos y salvos, con los pies en la tierra: por diferentes razones, ambos terminaron bajándose del viaje horas antes de que el buque zarpara del puerto de Ushuaia. Vilte, que nació en Jujuy, pero vive en Mar del Plata, estaba a punto de subirse al San Juan cuando se enteró de que su madre había sufrido un problema de salud. Estaba internada, grave. Beto -para sus compañeros-, pidió excusarse de la misión, se lo concedieron y también le pagaron el viaje a Jujuy. Rothlisberger es de Villa Ángela (Chaco) y no subió al submarino “por cuestión de segundos”. Luego de terminar trámites para comprar su casa y estar listo para abordar, al final lo bajaron del viaje. (clarin.com)
Empanadas de despedida
EL MARINO QUE DELEITABA A SUS COMPAÑEROS DE ESTUDIO
BUENOS AIRES.- Antes de embarcar, Leandro Fabián Cisneros se despedía de sus compañeros de estudio preparando comida, sobre todo empanadas, y compartiéndola con todos. El joven oriundo de Jujuy es uno de los 44 marinos del submarino ARA San Juan.
El joven estudia la carrera de Análisis de Sistema en el instituto Hilet y sus amigos y profesores lo recordaron por su excelente desempeño como alumno y por sus dotes de cocinero, según el portal Ahora, de Mar del Plata.
La semana pasada, antes de embarcar, como no pudo llevar las empanadas, decidió llevar sándwiches de miga.
“Antes de salir de maniobras, avisaba, porque se embarcaba en época de exámenes, pero pese a no estar en las fechas, se preparaba mucho para rendir las materias”, relató Juan Azar, uno de sus profesores, al portal TN. El tripulante se encargaba de la parte eléctrica de la nave. (Especial)
“Son un ejemplo”
JORGE, PADRE DEL 2° COMANDANTE DEL NAVÍO, DESTACÓ EL SACRIFICIO DE LOS 44
El capitán de navío Jorge Bergallo, padre de Jorge Ignacio Bergallo, segundo comandante del ARA “San Juan”, dijo que el “sacrificio” de los 44 submarinistas ha sido “póstumo y total” y se esperanzó en que sirva “para hacer un país, una Marina y una política mejores”, según un audio distribuido por la Armada. “Como militar me quedo con la parte positiva: estos 44 tipos estaban navegando, haciendo lo que eligieron hacer y prestando un servicio que el país necesita”, dijo Jorge, quien fue comandante del ARA San Juan y también de la Fragata Libertad.
Según Bergallo, los tripulantes “sabían eso, lo eligieron y lo asumieron y son un ejemplo para todos, para 44 millones de personas”. A su vez, destacó que “el martirio no se elige, es una gracia concedida, y ellos tienen la gracia de estar en donde eligieron estar, en el mar, en patrulla eterna, hundidos como hito, como mojón, como los 300 espartanos”. (Télam)